Despierto en la habitación doble confort del Holländer Hof y lo primero que hago es abrir los ventanales del antiguo hotel donde nos hospedamos para poder observar el encanto de esta pequeña ciudad. Puedo ver el famoso Puente de Neckar, una edificación que nos traslada a la época gótica del siglo XVIII. Despierto a toda la familia dando saltos en la cama y felicito a papá.

Durante el desayuno le hemos preparado una sorpresa a papá. Hoy cumple 50 años y le hemos traído su pastel favorito, además de haber encontrado entre mil cajas llenas de recuerdos el reloj de nuestro abuelo y que llevaba años buscando. ¡Su cara de emoción ha sido indescriptible! Muy ilusionados nos vamos todos a visitar la magia de la Navidad que nos ofrece Heidelberg.