Hoy, nos encontramos flotando por encima de las calmadas aguas, que una vez conectaron el comercio egipcio con el resto de África y la India. Desde nuestro camarote luxury con vistas panorámicas al río Nilo, el Oberoi Zahra empieza a acercarse Luxor mientras el cálido sol anaranjado aparece desde el fondo del panorama desértico.

Bajando del crucero llegamos a la encantadora ciudad de Karnak, una de las más antiguas poblaciones dedicadas al comercio de mercancías exóticas. De aquí, nos dirigimos al templo de Karnak, un espacio sagrado dedicado principalmente al culto del dios Amón. El enorme y magnífico complejo se encuentra protegido, en cada una de las entradas, por una fila de esfinges. Nos sentimos diminutos al lado de estas monumentales estatuas mitológicas. Nuestro egiptólogo, Khaled, un guía especializado en la historia del Antiguo Egipto, nos indica que esto es sólo el principio ya que la cámara secreta alberga riquezas impresionantes.